Muchos de nosotros recordamos haber jugado pinball en la sala de juegos local mientras crecíamos; Resulta que a algunas estrellas también les gusta. Las estrellas binarias pueden jugar al tira y afloja con un planeta desafortunado, arrojándolo a una órbita amplia que permite que sea capturado primero por una estrella y luego por la otra, en efecto, "rebotando" entre ellas antes de que finalmente se lance espacio profundo.
El nuevo artículo, de Nick Moeckel y Dimitri Veras de la Universidad de Cambridge, se publicará en un próximo número deAvisos mensuales de la Royal Astronomical Society.
La atracción gravitacional de los grandes planetas gigantes gaseosos puede afectar las órbitas de los planetas más pequeños; se cree que ese escenario ocurrió en nuestro propio sistema solar. En algunos casos, el planeta más pequeño puede arrojarse a una órbita mucho más ancha, tal vez incluso 100 veces más ancha que la de Plutón. En el caso de estrellas individuales, así es como termina normalmente. Sin embargo, en un sistema estelar binario, las dos estrellas pueden jugar un juego de "pinball cósmico" con el planeta pobre primero.
Moeckel y Dimitri realizaron simulaciones de sistemas estelares binarios, con dos estrellas parecidas al sol que orbitan entre sí a distancias entre 250 y 1,000 veces la distancia de la Tierra al Sol. Cada estrella tenía su propio conjunto de planetas. Los sistemas planetarios a menudo se vuelven inestables, lo que da como resultado que uno de los planetas sea arrojado, donde posteriormente podría ser capturado por la gravedad de la otra estrella. Dado que la nueva órbita alrededor de la segunda estrella también tendería a ser bastante amplia, el planeta sería vulnerable a ser recuperado nuevamente por la primera estrella. Esto podría continuar durante mucho tiempo, y las simulaciones indicaron que más de la mitad de todos los planetas inicialmente expulsados quedarían atrapados en este juego de "pinball cósmico".
Al final, algunos planetas volverían a establecerse en una órbita alrededor de una de las estrellas, pero la mayoría escaparía a ambas estrellas por completo, y finalmente serían arrojadas al espacio profundo para siempre.
Según Moeckel, "una vez que un planeta comienza la transición de ida y vuelta, es casi seguro que es el comienzo de un viaje que terminará en el espacio profundo".
Somos afortunados de vivir en un sistema solar donde nuestro planeta se encuentra en una órbita agradable y estable. Para otros que pueden no ser tan afortunados, sería como vivir una película de desastres que se desarrolla durante eones.
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